MI HISTORIA CON LA DANZA

Desde muy pequeña, siempre sentí una conexión especial con la música y el movimientos. Mis primeros pasos en la danza comenzaron cuando tenía apenas 10 años  de edad, recuerdo la emoción de ponerme mi primer vestuario, los nervios antes de subir al escenario y la satisfacción de cada aplauso.  

Con el tiempo, la danza pasó de ser una actividad divertida a convertirse en una verdadera pasión he participado en presentaciones, competencias, reinados que me han retado a mejorar constantemente. He aprendido que la disciplina, la constancia  y la entrega son esenciales para avanzar en este camino.

Hoy, miro hacia atrás y me doy cuenta de cuánto he crecido. La danza me ha formado, me ha dado amistades valiosas, experiencias inolvidables y una forma única de expresarme. Aunque sé que aún tengo mucho por aprender, me siento orgullosa del recorrido que he hecho hasta ahora. Sigo bailando con el mismo amor del primer día , pero con más fuerza, técnica y compromiso.

 La danza sigue siendo mi refugio. Cada vez que bailo, me encuentro conmigo misma. Me libera, me sana, me conecta. No sé dónde me  llevará este camino, per sí sé que no puedo imaginar mi vida si bailar. Porque más que una actividad, la danza es parte de quien soy. 

Ser parte de RAÍCES SABANERAS  ha sido uno de los regalos más grandes. Aquí  no solo bailo, aquí vivo nuestras tradiciones, comparto con personas maravillosas y me siento orgullosa de representar a la SABANÁS que me vio crecer.

Mi historia en la danza continúa, y con cada paso sigo escribiendo un capitulo más de este hermoso viaje. Porque mientras el corazón lata al ritmo de un tambor, yo seguiré bailando.  


Comentarios